Cuentos y reflexiones para meditar
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Muchas veces, para empezar a darnos cuenta del cambio que debemos poner en marcha en nuestra vida para poder sentirnos mejor con nosotros mismos y para comenzar a ver las cosas de otra manera, lo mejor es leer y reflexionar sobre ello.

Pero no siempre es fácil encontrar historias con moraleja sobre las que poder pensar y meditar acerca de los cambios que debemos empezar a aplicar a nuestra forma de vida.

Y por ello, porque sabemos la importancia que pueden tener, a continuación queremos contarte algunos cuentos y reflexiones para meditar, para que te des cuenta de las cosas que realmente importan, y de las que son prescindibles.

Historias para reflexionar sobre la vida

A continuación te cuento algunas de las mejores historias para reflexionar sobre la vida:

La historia del amigo de verdad

Hay una antigua leyenda que empieza diciendo así; dos buenos amigos de toda la vida estaban viajando por un terreno árido y calentado por el Sol, y en un momento dado ambos empiezan a discutir y a pelearse.

Uno de los dos amigos, estaba especialmente enfadado por la pelea, así que sin mediar palabra, empezó a escribir en la arena lo siguiente:

“Hoy, he discutido con mi mejor amigo y él me ha pegado”

Sin embargo continuaron la marcha sin detenerse hasta que llegaron por fin a un oasis en el que había un gran manantial en el que poder darse un baño.

Estuvieron durante un tiempo bañándose pero sin hablar el uno con el otro, hasta que el amigo que había sido abofeteado por el otro, se resbaló y comenzó a ahogarse, ya que no sabía nadar. Pero en ese momento, el amigo que le había pegado, no dudó en lanzarse a lo más profundo del manantial para salvar a su amigo.

Cuando el amigo que casi se ahoga se recupera del susto, se acerca a una piedra y con un cuchillo escribe en ella:
“Hoy, mi mejor amigo me ha salvado la vida”

Desconcertado, el amigo le preguntó:
¿Por qué después de que te pegué escribiste en la arena, y ahora que te he salvado lo escribes en una piedra?

Sonriendo, el otro amigo le respondió:
Cuando una persona a la que queremos y apreciamos de verdad nos ofende, debemos escribir en la arena para que cuando sople la brisa todo se borre y caiga en el olvido y sea perdonado. Sin embargo, cuando nos pasa algo realmente bueno debemos escribirlo en la piedra, en un lugar en el que nunca jamás se borrará. Ya que así debe ser en la vida, cuando algo malo nos ocurre, debemos olvidarlo y simplemente perdonar, pero cuando algo bueno pasa, debemos grabarlo a fuego en nuestra mente para jamás olvidarlo.

Saber relajarnos

Un día estaba un hombre dando una charla sobre los nervios y la ansiedad, concretamente sobre cómo eliminarla. Entonces cogió un vaso que tenía lleno de agua y le preguntó al público que cuánto creían que podía pesar ese vaso de agua.

Entonces todo el mundo comenzó a gritar respuestas de todo tipo, aunque la mayoría creían que pesaba entre 50 y 500 gramos.

Entonces, cuando dejaron de responder y se hizo el silencio, el hombre que daba la charla les dijo:
Os he engañado, y es que el peso no importa en absoluto. Lo que importa es el tiempo que yo lo esté sosteniendo. Y es que si lo sujeto durante unos segundos no ocurre nada, si pasan unos pocos minutos tampoco, pero si lo tengo durante unas horas mi brazo empezará a dolerme. Si lo tengo todo el día, tendré que ir al médico, y eso que siempre el vaso va a tener el mismo peso, pero cuanto más tiempo pase, más pesado me parecerá a mí.

Eso mismo pasa con nuestras preocupaciones, y es que si cargamos todos nuestros problemas a la espalda, por pequeños que sean, cada vez la carga será más y más pesada. Lo que debemos hacer es simplemente descargar ese peso en algún sitio, o contar con una persona a la que queremos para que comparta la carga con nosotros.

Es lo mejor que podemos hacer para poder seguir adelante, olvidar de vez en cuando todo eso que nos preocupa para poder seguir adelante.

Cuentos para reflexionar sobre uno mismo

También hay cuentos que nos pueden ayudar a reflexionar sobre uno mismo:

El reto

Hubo un día en el que un hombre decidió ir a ver a Dios para hablar con él, y le dijo:

-Tú eres Dios, lo eres todo y creaste el universo, sin embargo no conoces las cosas que tenemos que pasar en la Tierra, no eres campesino, no conoces la agricultura como yo, así que deberías aprender para entendernos.
-Y entonces Dios le preguntó sobre algún consejo que le pudiera dar sobre agricultura.

El granjero le contesto:
-Dame un año para que pueda hacer las cosas a mi manera, quiero ver los resultados que obtengo, y ya verás cómo la pobreza desaparece del mundo.

Dios estaba intrigado así que le concedió lo que le había pedido, y el campesino eliminó las tormentas, los terremotos, las heladas, los vendavales… en definitiva todo lo que pudiera hacer daño a su cosecha.

Ese año fue perfecto, lo que había plantado creció y creció como nunca. Así que de nuevo fue a ver a Dios y le dijo:
-Vamos a tener tanta comida que si la gente dejara de trabajar durante 10 años, todavía tendríamos comida suficiente.
Sin embargo cuando el granjero cosechó todos los cereales, vio que tan solo eran cáscara, por dentro estaban vacíos.

Entonces fue el granjero rápidamente a ver a Dios y le preguntó que qué había ocurrido.

Y Dios le contestó:
No ha salido trigo porque no hubo conflicto, no hubo reto, no hubo desafío… Como le quitaste la necesidad de luchar, el trigo se volvió impotente. El trigo, como las personas, necesitan desafíos, necesitan tener que superarse a sí mismos para volverse fuertes y capaces de luchar contra todo.

Cuentos cortos para pensar moraleja

También hay cuentos perfectos para aprender lecciones valiosas, como estos:

El leñador honrado

Érase una vez, un leñador humilde y muy bondadoso que después de estar todo el día trabajando, volvía a casa con su familia. Pero cuando fue a cruzar el río, su hacha cayó al agua.

El leñador no sabía qué hacer ya que era su forma de trabajar y de poder dar de comer a sus hijos. Pero en ese momento una ninfa apareció ante sus ojos y le dijo que le devolvería su hacha en ese mismo momento.

Sin embargo el hacha que le dio, no era la suya sino que era de oro puro, pero el leñador le dijo que no era la suya y que por favor la volviera a buscar. Entonces la ninfa entro de nuevo al agua y le sacó una de plata.

El leñador le dijo que tampoco era la suya, así que de nuevo la ninfa la buscó y sacó una de hierro.

A lo que el leñador contestó que esa sí que era la suya, entonces le dio las gracias de veras a esa criatura por haberle devuelto su hacha.

Sin embargo, la ninfa vio que había sido un leñador honesto, que no se quiso quedar con la de oro ni con la de plata, por lo que le quiso recompensar regalándole además las hachas de oro y de plata.

Espero que hayas disfrutado de estos cuentos y reflexiones para meditar porque seguro que te ayudan más de lo que imaginas.


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