Energía Femenina y Masculina
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Todo ser humano, ya sea un hombre o una mujer, lleva dentro de sí la energía femenina y masculina. Ambas deben trabajar en armonía. Sin embargo, en la mayoría de los casos, están desequilibradas. Puede que tengas más energía masculina, siendo mujer, que te relaciones mal con tu propia energía femenina. Quizás tengas muy baja la masculina.

Para todos estos casos, lo importante es que conozcas dónde está el desequilibrio y cómo recuperarlo.

Energía masculina baja

La energía, femenina o masculina, podría presentar una “baja”, por decirlo de alguna manera y, como lo expresamos arriba, aunque seas hombre, podrías tener muy alta tu energía femenina y muy baja la masculina. Pero veamos primero cómo es la energía masculina.

La energía masculina se caracteriza por la acción y la consecución de proyectos. Y, siendo así, evidentemente es aquella energía que se concentra en lo exterior. Representa al ego. Es la energía protectora. Puede ser incomprensiva, materialista, dura y terca, valiente y atrevida.

Estos aspectos, como vemos, pueden encontrarse tanto en hombres como en mujeres. Pero algunas veces puede tener poco desarrollo. ¿Cuáles son los síntomas de una persona que tiene su energía masculina baja?

Primero que nada, se siente incapaz de iniciar un proyecto y de llevar a cabo sus metas, ya que siente que eso es “demasiado” para ella. Es una persona muy sensible a las vibraciones o energías de los demás, se le hace muy difícil decir que “no”, por lo cual siempre está complaciendo a los demás.

Una persona con la energía masculina baja tiene un ego frágil, dudoso, que no sabe poner límites y se deja abrumar por las emociones, tanto suyas como de los demás, sin embargo, le cuesta mucho expresar esas emociones. Esto podría llevar a la persona a la angustia y la depresión.

Ahora bien, existe la otra posibilidad: una energía masculina muy alta (también en una mujer) y por tanto, energía femenina baja.

En ese caso, es un individuo que marcha por la vida con preocupación constante y absorto en pensamientos, necesita ordenar y controlar todo y a todos. Esta necesidad le nace justamente por el miedo a perder ese control.

Con una energía masculina alta, la persona podría estar concentrando toda su atención únicamente en el exterior, ya que faltándole la energía femenina que se enfoca en el alma, este ser sólo entiende lo de afuera. Y, como tal, tiene necesidad de lograr el reconocimiento ajeno más que nada en este mundo.

Igualmente, este enfoque en el exterior lo lleva a cumplir exageradamente con lo que le impone la sociedad y a intentar ser altamente competitivo. Dependen de la actuación de los demás, impaciente, lleno de ansiedad, ignora la espiritualidad.

Como vemos, los dos extremos son negativos.

Pero detallemos un poco más cuáles serían los síntomas, específicamente, de una mujer que no mantiene una relación armoniosa con su propia energía masculina o, para decirlo de otra manera, tiene un desequilibrio en esta energía: bien sea muy baja o muy alta.

Generalmente, con cualquiera de estos dos desequilibrios, la mujer podría mostrar desde ciertos grados de depresión y estrés grave, hasta fuertes conflictos con su pareja.

Si su energía masculina es muy baja, no tendrá ánimo para plantearse una meta y llegar a ella. Y, por el contrario, si es muy alta se lanzará detrás de un objetivo, pero en el camino, irá “cortando cabezas”, intentando controlar a todos, sin confiar en nadie.

Con su pareja será dominante. Pero si es muy baja esta energía, será excesivamente pasiva frente a su compañero, pudiendo llegar a ser su víctima o entablar una relación incluso sado-masoquista.

Por lo general, puede vérsele quejosa e insatisfecha y su relación con los hombres será complicada.

Energía femenina características

Y, ya que entramos en el tema de lo femenino, veamos un poco cómo es la energía femenina características, tanto en la mujer como en el hombre.

Esta energía, como ya pudimos entender arriba, es básicamente pasiva, sensible y comprensiva. Es la que inventa los sueños y los objetivos (para que la masculina los lleve a la realidad con la acción).

Representa la espiritualidad, el aspecto interior, el enfoque en el ser verdadero. No se limita a un “ser”, ni a un “ego”. Comprensiva, inspiradora, sanadora y apasionada. Representa dentro de nosotros el camino hacia la unidad del todo, a través del amor.

Con estas características tan hermosas y positivas, cualquiera llegaría a la conclusión de que es mejor tener más energía femenina que masculina. Pero no es así: esta energía representa todo eso que se enumeró, pero sólo se lleva a la práctica y al hecho cuando existe el equilibrio con su contraparte.

Ya vimos cómo una mujer (o un hombre) con baja energía masculina podría llegar a ser pusilánime, sin entusiasmo por acometer proyectos y objetivos, tendente a ser víctima… y muchas otras situaciones indeseables.

Entonces, lo ideal es el equilibrio.

Energía femenina y masculina al mismo tiempo

Como en el símbolo del Yin y Yang, las energías se complementan: energía femenina y masculina al mismo tiempo y con la misma intensidad.

Por supuesto el equilibrio exacto es muy difícil, si no imposible, sin embargo se puede lograr cierta relación armónica entre ambas energías, aunque tengamos una un poco más alta que la otra. Como en todo, los excesos son perjudiciales.

Según algunos conocedores, en esta tercera dimensión en la que habitamos, es común y casi normal ese desequilibrio, puesto que es una dimensión de lo material y lo material priva por encima de lo espiritual. Ya por ahí, existe ese desequilibrio.

Se habla de una “desconexión” entre estos dos aspectos nuestros, debido a la trayectoria que describe la energía masculina (lineal o recta), diferente a la femenina (curva o espiral). Esto, al parecer, es inevitable como ya lo expresamos antes, debido a la tercera dimensión.

En el encabezado anterior vimos cómo sería un desbalance en cuanto a una de las dos energías sobre la otra. Pero, ¿qué tal si las dos están bajas o las dos están altas? Veamos qué dicen los expertos.

Al parecer cuando ambas energía son débiles, el terror se apodera de la persona. No hay ni creatividad, ni ideales, ni sueños y por lo tanto no hay cumplimiento de los mismos. Tampoco hay acción. No se arriesga. No va hacia adelante. No va hacia ningún lado.

Contrariamente, si ambas energías son fuertes, esta persona se manifestará inflexible y testaruda. Habrá mucho ruido pero poco producto. Mucha discusión sobre lo que debe hacerse pero nada se hará en concreto. Y a pesar de la apariencia de seguridad, esta persona resulta ser muy insegura.

¿Qué hacer en este desbarajuste? Con ciertas técnicas es posible lograr, si no el equilibrio, por lo menos la armonía.

Equilibrar lado femenino y masculino

Para equilibrar lado femenino y masculino en nosotros, antes que nada debemos saber cuál de las dos hay que subir o bajar, la energía masculina y femenina mía astral. Al identificarlas y distinguirlas, podremos comenzar a actuar y lograr un balance.

Una vez más, debemos utilizar el instrumento más accesible que tenemos: la observación. Obsérvate. Cómo estás actuando. Cómo estás reaccionando. Cuáles son tus deseos, tus intenciones, tus objetivos y de qué manera estás acometiéndolos. Cuáles son tus temores.

Observación y más observación.

Luego, con los datos que recabas de esta observación podrás determinar cuál energía debes bajar o subir. Esto se logrará exactamente con el mismo instrumento: la observación y el cambio de actitud. No es tarea fácil, pero tampoco es imposible.

Por otra parte, los conocedores de este tema aconsejan particularmente a las mujeres ciertas estrategias para lograr una buena relación, balanceada y armónica, con su propia energía masculina.

De esta manera, recomiendan lo siguiente. Cómo desarrollar la energía masculina:

En primer lugar, debes darte cuenta, mujer, que eres poderosa, que tienes dentro de ti a ese “hombre” capaz, fuerte y decidido, que asume retos y acciones. Busca la compañía de personas que tengan esas características de capacidad, fortaleza y decisión, ya sean hombres o mujeres.

A la vez, debes plantearte objetivos que logres alcanzar, pequeñas metas que le demuestren a tu lado masculino que sí es posible, que sí tienes esa capacidad, fortaleza y decisión. Pon fecha al cumplimiento de estas pequeñas metas. Tu lado masculino se sentirá fuerte y se irá desarrollando más cada vez.

Finalmente, es importante que hagas ejercicios o practiques algún deporte, ya que la energía masculina necesita descargarse de vez en cuando. Esto también te hará sentir fuerte físicamente y complementará los puntos anteriores.

Las energías que llevamos dentro de nosotros necesitan trabajar juntas. Por eso es tan importante ese equilibrio entre la energía femenina eres una diosa y la masculina, el guerrero.

La invitación es a observarnos, entendernos y, luego, actuar para el logro del equilibrio creador. Hombre y mujer creadores dentro de nosotros mismos.

Esperamos que hayas aprendido mucho más sobre la energía femenina y masculina, y que te haya gustado este artículo.


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